El HDPE exhibe una resistencia relativamente alta a la absorción de humedad en comparación con otros plásticos, lo que ayuda a mantener la integridad de muchos productos líquidos almacenados en estas botellas. La baja permeabilidad del material al vapor de agua lo convierte en una opción adecuada para productos que necesitan protección contra la humedad externa. Sin embargo, el HDPE no es completamente impermeable. Durante períodos prolongados, especialmente en condiciones de alta humedad, es posible que algo de humedad se filtre, lo que podría alterar el interior del producto, especialmente en el caso de artículos sensibles al contenido de agua. Esto puede afectar la vida útil de productos sensibles, como polvos secos o ciertos químicos que deben mantenerse libres de humedad.
Cuando se trata de propiedades de barrera al oxígeno, el HDPE se queda corto en comparación con otros materiales como PET o EVOH (alcohol etileno vinílico). El HDPE permite un grado moderado de permeabilidad al oxígeno, lo que significa que las moléculas de oxígeno pueden pasar lentamente a través del plástico, lo que podría comprometer la calidad de los productos sensibles al oxígeno. Esto es particularmente importante en el caso de alimentos, bebidas, productos farmacéuticos y ciertos productos químicos, donde la oxidación puede degradar el producto y afectar el sabor, el color, la potencia o incluso la seguridad. Para mejorar la resistencia al oxígeno, las botellas de HDPE se pueden combinar con otros materiales, como películas de barrera multicapa o recubrimientos diseñados para reducir la permeabilidad al oxígeno. Si bien el HDPE proporciona una protección adecuada para muchos productos, para aquellos con necesidades de barrera al oxígeno más estrictas, es posible que se requieran materiales alternativos o envases compuestos.
Otra consideración para las botellas de HDPE con hombros inclinados es su capacidad para proteger el contenido de la luz, particularmente de la radiación UV. El propio HDPE proporciona una protección mínima contra la luz ultravioleta, que puede causar degradación en productos sensibles a la luz, como ciertas bebidas (por ejemplo, jugos, leche), cosméticos y productos farmacéuticos. El proceso de degradación puede provocar pérdida de eficacia o cambios de apariencia, olor y sabor. En situaciones en las que la protección contra los rayos UV es fundamental, las botellas de HDPE se pueden fabricar con acabados teñidos u opacos, o se pueden incorporar al polímero aditivos bloqueadores de los rayos UV durante el proceso de fabricación para mejorar la resistencia a la luz. Sin embargo, estas modificaciones suelen aumentar el coste del embalaje.
Una de las ventajas notables de las botellas de HDPE con hombro inclinado es su excelente resistencia química. El HDPE es altamente resistente a una amplia gama de productos químicos, incluidos ácidos, álcalis, aceites y alcoholes, lo que lo hace ideal para envasar productos como agentes de limpieza, detergentes y ciertos productos químicos industriales. Esto hace que el HDPE sea un material preferido en industrias donde los envases deben resistir la naturaleza corrosiva o reactiva del contenido. La resistencia del polímero contra el ataque químico garantiza que la botella permanezca estructuralmente sólida y evita que el contenido se filtre en el empaque, manteniendo la integridad del producto.
La resistencia del HDPE a factores ambientales como la humedad y las fluctuaciones de temperatura contribuye a su estabilidad en diversos entornos. Sin embargo, el HDPE es sensible a las altas temperaturas, lo que puede provocar cambios en las propiedades del material con el tiempo. Por ejemplo, la exposición prolongada a temperaturas elevadas puede provocar que el plástico se ablande o deforme, lo que podría afectar la forma y la capacidad de sellado de la botella. En términos de contaminación interna, el HDPE es relativamente seguro, pero como todos los materiales plásticos, puede sufrir una posible degradación con el tiempo si se expone a condiciones extremas, como altas temperaturas o luz ultravioleta, lo que provoca lixiviación o descomposición del propio plástico. Esta es una consideración para productos almacenados por períodos prolongados o en ambientes que fluctúan en temperatura.